Machado, Leonor, García Lorca en New York

Machado y Leonor, García Lorca en New York y Antonio Gala “(…) Los palomos Bolinche y Polifemo, Maricuela, Comando y Sole, sobrevolaban el palmeral. La bandada perseguía a la paloma. Colombicultura, ciencia milenaria en el Mediterráneo, ahínco y arte en los pueblos del Segura. Impulsada por la destreza de las aves, el alma de Jorge, mitad niño y mitad niña, voló en el Pegaso que su padre dirigía a pedaladas en la bicicleta. En la repentina ensoñación, le pareció ver a Leonor y al poeta Antonio Machado, en un huerto donde maduraba el limonero. Dibujaban corazones de seda con Antonio Gala y García Lorca. Federico contaba sus andanzas de Poeta en New York y alabó la belleza de Lady Liberty luciendo la antorcha en su mano. “Liberty Enlightening the World” (“La Libertad iluminando el mundo”). (…)(páginas 24-25)

Cervantes y Shakespeare, pudding, ‘Romeo and Juliet’ ‘Pretty Woman’ “(…) –Esta tabla, amo, la inventó el hombre sólo para colocar las viandas. Ni enciclopedias ni novelas de caballería. ¡En la mesa… sólo comida, Don Miguel! –¡Borrico! ¡Acaso mis libros son morcillas! ¡Las de Burgos me gustan mucho pero esto es un libro! –repuso el caballero, mostrándole La Galatea. –Usted dijo al abate que la literatura alimenta al espíritu. –El espíritu nada se parece a la barriga. Ni al convencionalismo comercial. –¡Amo, yo sólo quiero las letras en la sopa! –Agarró la cuchara y un plato. –¡Necio del demonio! Cree en utopías. Nada sé de la prosa pesimista. Sancho, hagamos las Américas: me harté de miserias, de bachilleres y envidias. –¡Con hambre, amo, soy capaz de comerme las tapas de este libraco! –¡Bellaco! Lee en voz alta; desarrolla tu oído y juega con el Destino… Olvida un instante los garbanzos… Fuentesaúco, ollas podridas y fabadas… –Nada le entiendo. ¡Quiero cenar ya! ¡Pero amo, cuídese del Destino! –Recuerda que William acude a cenar. ¡Nos traerá un pudding! Vístete con las mejores ropas. Como si fuésemos al corral de comedias de Almagro… –¿Repetirá el Otelo de odio y celos? Le entiendo poco en su spanglish… –Nos leerá un borrador que le entusiasma: el romance de dos jóvenes enamorados en Verona. ¡Apenas sí duerme por la creación de esta obra de teatro! Le diré que la interprete una pareja oriolana... Elena y Alejandro. Si en tu vida has sufrido una o más veces la desdicha de Romeo and Juliet, piensa ya en protagonizar la feliz historia Pretty Woman. (…) (página 154)

Agatha Christie… y el futbolista Johan Cruyff (Cruijff) “(…) Hacía pocos días que doña Gertrudis había enviudado, de modo misterioso y repentino, gracias al inesperado ataque al corazón que sufrió el marqués. Nada triste la observó Jorge esa mañana. Por cierto, la Policía investiga todavía, seis años después del suceso, esa muerte o crimen con visos novelescos de Agatha Christie. La mirada intrigante de la Marquesa resulta a veces sospechosa. –¡Jorge, buen día, buen día…! –Contoneó las hombreras y la pamela ridícula del color de la calabaza. Y movía la boca cual autómata, la abría y la cerraba después de hablar, como el Papamoscas de la Catedral de Burgos. –¡Feliz domingo, señora marquesa! ¡Adiós! –Aceleró el paso para escapar. Los Ezcurra, padre e hijo, le lanzaron saludos desde el puente. Perseguido Jorge por el eco del perfume inquietante de Gertrudis y su reclamo insistente, nuestro amigo se hizo el sordo en un regate a lo Cruyff, futbolista holandés. Con la elegancia del genio del balompié, Jorge hizo el giro y dio la vuelta a la esquina del Sabi, como a ritmo de fuga hacia la portería para marcar gol. Y así escapó por los jardines que le calmaban la fatiga de tantas noticias y personajillos fatuos. (…) (página 120)

Hemingway en Pamplona… su primera novela: ‘Fiesta’ “(…) En el relato que nos ocupa, Jorge a la puerta de su casa frente a la huerta, seguía el niño mirando al sol, atrapado por la imaginación, como le ocurrió a Hemingway al sentir el chupinazo pamplonica en 1923, cowboy en su far west de emociones, ahí todavía novelista inédito. Porque sabed que en su primera novela, ‘Fiesta’, el Premio Nobel estadounidense nos muestra sus vivencias en Los Sanfermines y los sentimientos que le inspiraron las corridas de toros. (…) (página 15)

Hemingway, Guerra Civil… y último paseo por el bosque de Irati “(…) Gorka incorporó la cabeza y alcanzó la boca de Malena. En el silencio del beso, vacío fértil del que nace todo, floreció el amor como rosa en jardín. Igual que al besar Miguel Hernández y su amada Josefina, en el vergel de Cox y luego en el oasis de Jaén, en la fraticida Guerra Civil que les separó enseguida por la muerte del poeta. Los olivos jienenses, la tierra y su gente le inspiraron el poema Aceituneros y otros de Viento del Pueblo. Felicidad de Miguel en Jaén, como Hemingway en el bosque de Irati en el silencio del último paseo pamplonica. (…) (páginas 321-322)

Jorge Luis Borges “(…) Cuando menos esperas, se te abren sendas hacia una vida nueva. Es la vida de la niña y el niño que todo hombre y toda mujer traen fundidas en el alma. Reencontrar esa doble cara espontánea de tu infancia, alegre y fecunda, perdida por el paso de los años, propicia oportunidades, si tu espíritu reabre sus ojos para ser libre. “Que el Cielo exista aunque mi lugar sea el infierno” (en ‘La Biblioteca de Babel’), como nos legó la esperanza de Borges. (…) (página 280) Y referencias, frases y lemas, mensajes y versos del cubano José Martí, sobre Kafka y Alan Poe, Novalis, los Hermanos Grimm, Neruda y Rubén Darío, versos de Blas de Otero y Mikel Laboa, Camarón, Jorge Luis Borges, Cela, Saramago… entre otros escritores, poetas y novelistas que emergen en la trama de la novela.

Hemingway y el sabio consejo al escribir. “(…) Bajo la luz eterna del candil, se entusiasma Jorge en el deleite de escribir durante madrugadas emotivas. Enganchado a la rueda de la imaginación, relee y revisa cientos de borradores. Porque en honor de Hemingway, mi amigo defiende también que la papelera es la mejor aliada del escritor y la escritora. Ni le impidieron escribir las serpientes. Pues en más de un sueño, Jorge ha dormido en el suelo junto a culebras. Sierpes que le miraron a los ojos para imanarle la sabiduría suprema que atrae a las musas. Jorge ha completado hasta hoy miles de páginas y vibra en sincronía con la creación literaria. (…) (Página 153)

Goethe y ‘Elegía de Marienbad’. “(…) Las teorías siembran dudas, miedos que te desvían del sendero más accesible y natural. Con juicio acertado, Goethe enunció que la teoría rezuma color gris, puesto que “sólo es verde el árbol de dorados frutos que es el vivir”. ¿Por qué el genio alemán nos legó su conmovedora Elegía de Marienbad? Porque se atrevió a vivir, sin miedo a sufrir y sentir el dolor: deseó casarse enamorado de Ulrike pero la jovencita rechazó al ya anciano escritor, creador de Fausto. ¿Qué importa tropezar cien veces si aprendes de los tropiezos? (Pág. 187)

Herman Hesse y ‘Siddhartha’ con el mantra budista “¡Om Mani Padme Hum!”. Ulises frente a Polifemo. “(…) Si Jorge hubiese sido Ulises, el instinto de supervivencia le hubiera impulsado a correr marcha atrás para huir de las fauces de Polifemo. Pero era sólo una más de sus visiones, alejadas de la realidad tangible. Daniel hacía yoga: la carne ni la probaba. Mejor pensado, Jorge se hallaba ante una de las reencarnaciones de Buda: –¿Siddhartha, qué haces aquí? –¡Déjate de chorradas! Soy yo, Daniel. –¡Llevas el tercer ojo de los budistas! ¿Meditabas? –bromeó Jorge, al tiempo que se dirigió a su habitación. Allí dejó sobre la cama una bolsa con ropa de deporte. –¿Acaso tengo monos en la cara? ¡Es una linterna colgada en mi frente! –¿Una linterna para qué? –Salió Jorge del dormitorio y tropezó con él en medio del pasillo. –¡Ahorro energético! ¡Ahorro energético! –Tiró por el atajo mientras que Jorge, al contrario, encendió la lámpara del salón–. ¡Ahorro energético, Jorge! Estaba leyendo tranquilamente en el sofá… cuando oí el ascensor. Supuse que eras tú y me levanté a abrirte la puerta. –¡La madera se movió y pensé en la mano de un fantasma! –¡Fantasmas… en tu cabeza! ¡Cuídate de ellos, Jorge! –Pareces salido de la novela de Hesse. ¡Caminas en la paz del ojo del Buda! –Se tocó Jorge el chakra del entrecejo–. Sólo te faltó soltarme el ¡Om Mani Padme Hum! –¿Qué…? –El mantra budista por excelencia: “¡Solo Dios preside mi acción!” (…) (Página 233)

Vida y sueños en Calderón de la Barca (1600-1681). “(…) ¿Importa que sea realismo o ensoñación? “(…)/ ¿Qué es la vida? Un frenesí./ ¿Qué es la vida? Una ilusión,/ una sombra, una ficción,/ y el mayor bien es pequeño:/ que toda vida es sueño,/ y los sueños, sueños son./)”, del drama La vida es sueño, obra de Calderón de la Barca (1600-1681). Pues sabed que ambas caras, vida y sueños, configuran tu globalidad existencial. Así lo siente nuestro amigo. (…) (Página 126)

Ibn Al Murabit y Uryula al-Andalus (Orihuela-Spain). “(…) “Ha caído el sol por el horizonte. Parece que refresca el ambiente. Anochece en Uryula. (...) Permítame Alá un sueño reparador y placentero. Se me olvidaba reseñar que mañana celebran fiesta solemne los mozárabes de Uryula.” (Diario de Ibn Al Murabit. Verano del año 640 de la Hégira, 16 de julio del año 1242 de la Era Cristiana). (…) (Página 127)

Ibn Said Al-Magribi y Uryula al-Andalus (Orihuela-Spain). “(…) Como durante siglos lo hicieron tantas culturas fundidas en el oasis del Mediterráneo, como hoy en este mundo nuevo y de paz en gestación. E igual que se festeja cada julio en Orihuela y lo sienten las festeras y festeros Moros y Cristianos, siempre hermanados por la alegría de la fiesta. Ya en el siglo XIII, Ibn Said Al-Magribi narra: “Al ir hacia el mar,/ pasé por Uryula/ y la contemplé como un trozo de paraíso en la eternidad./ Su río fluía/ y los cangilones de las norias cantaban a compás./ Los pájaros trinaban/ y los árboles se abrazaban con sus ramas.” El poeta árabe adoraba esta tierra al ir obligado hacia el exilio. El mito de la traición de Armengola al alcaide, preñado en Orihuela por las mentiras y el rencor… –¡Es falso! –Jorge me repitió con serenidad–. Armengola defendió su libertad en la amistad. Y Aben Mohor (Batu) le perdonó y le comprendió. La heroína oriolana arriesgó la seguridad con el alcalde y la vida de su familia, por mantenerse fiel al pueblo orcelitano: ¡defender la libertad y la verdad que vencen siempre! Porque entregarse hasta el límite, sin pedir algo, es nuestra esencia humana y ley fundamental, olvidada por la humanidad durante siglos y guerras. –El amor verdadero semeja un lazo. Ni ata ni obliga, sólo une en lo eterno hasta extremos insospechados. –Me regaló Jorge un abrazó esa tarde de tertulia. Veneno inexorable, el amor es bálsamo de felicidad que te salva siempre. (…) (Página 13

(Ver la sección Literatura en el Índice anexo al final de la novela)

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