Almudena Ariza, Pérez Reverte y The New York Times.

“(…) En el periódico que mecía el traqueteo del tren, y el germano barbudo en sus manos, –sentado Gorka justo enfrente– el retrato de un hombre negro miraba fijamente a nuestro amigo, a la vez que sostenía sobre su cabeza el titular, a cinco columnas, de la noticia que abría The New York Times: Obama dona a obras sociales/ el sueldo completo de este año. En el repicar de su memoria infantil, la figura de piel morena, de este presidente norteamericano, semejaba al Mandela que le habló desde la tele de la vecina. ¡Dos quijotes! Leyó luego una noticia sobre los reporteros Pérez Reverte y Almudena Ariza. Pero enseguida atrajo su atención el titular sobre un suceso incluido en la columna de la primera página: Confesó su crimen la marquesa oriolana, farmacéutica sospechosa de envenenar con arsénico a su esposo millonario. (…) (página 311)

Vorágine diaria en la Redacción. “(…) Ni tenía tiempo de morirse. Jorge sobrevivía con el corazón partío, a ritmo de doscientas pulsaciones por minuto en el teclado del ordenador, inmerso en la vorágine diaria de su oficio en el periódico y la emisora de radio (…) (pág. 108)

Oficio: vocación de servicio público. “(…) Garabato a garabato, desde la humildad y la constancia, nuestro amigo me contó que fue aprendiendo, día por día como periodista y persona, el oficio de escribir y de servicio a los demás.(…) (pág. 95)

‘El estilo del periodista’ y ‘El dardo en la palabra’. “(…) Si acabas la página de los pueblos: yo la repaso esta tarde. Vete tranquila –le agradeció Jorge–. ¡Ah, aquí está, toma ‘El estilo del periodista’! Ya te traeré ‘El dardo en la palabra’ de Lázaro Carreter. ¡Toda periodista debe conocerlos! Al contrario de tirarse de los pelos o de competitividades fatuas, habitual entre periodistas ineptos, allí fluían la cordura y la cooperación sin cortapisas. Solícito, el dúo se echaba capotes, incluso a riesgo de la cornada, alejado de todo corporativismo mal entendido, demasiado frecuente en la profesión. (…) (pág. 114)

FAPE, reconocimiento y homenaje a periodistas. “(…) –¡Hola! Dame el currículo y se lo doy al delegado en Alicante. Se lo envió también a Vicente Crespo, de ‘Información’, que busca corresponsal en Orihuela. (…) Era la primera mujer en la historia de la Redacción de La Verdad en Orihuela. (…) (páginas 113-114) “(…) Una tarde que acudieron desde Alicante los redactores jefes Juan Antonio Calvo y Gómez Carrión, con Antonio Cutillas, se elogió al prócer Mainar y luego El estilo… de Alex Grijelmo, de ‘El País’. Eligieron las fotos, las más atrayentes, tras un intenso debate entre Tony Sevilla y el alicantino Ángel García. –La foto oportuna desata siempre la interpretación –sostuvo la perilla genial de Ramón¬– como demuestra a diario nuestro fotógrafo Ángel García. –¡Yo soy notario de la actualidad según dice mi amigo Eduardo de Gea, de Información! –se encumbró en su corpulencia el barbudo de la cámara, Tony Sevilla, contrariado por la falta de respeto y la crueldad de algún paparazzi. –Decir sin decir en el texto y sugerir con titulares y fotos… esa es la mejor estrategia aquí en Orihuela; ¡quede claro, Ramón!, –enunció Jorge– que procuramos proceder siempre con el respeto que merecen nuestras lectoras y lectores. ¡Aquí, jamás campará el rumor por vender un ejemplar más! –¿Cómo consigues el equilibrio, Jorge? –María, tímida novata, preguntó para aprender, y miró al torrevejense Francisco Reyes. –Es un oficio arriesgado y de malabaristas. Cuídate del off the record sumiso y manipulador, como sostiene Paco Atienza, decano en Torrevieja. –¡Como en los circos! –apostilló Ahtohno, con peculiar humor ruso. –Puedes contar todo. Busca sólo cómo y con qué. Usa los textos aunque es mejor buscar el verbo adecuado, los titulares y fotos. Ahí radica el arte del malabarismo. Similar a lo que hace el querido Tirso Marín al escribir de toros. –¡En la cuerda floja! –la joven captó la chicuelina dibujada por Jorge. –Malabares con el titular, las fotos, verbos y palabras –tendió el capote. –¡Y más habilidades! –Pilar, abnegada, dejó entrever otros secretos. –Audacia y don de gentes, –alabó Cutillas el oficio al que regaló el corazón (falleció tres años después de un infarto)– humildad y constancia. –El periodista tiene siempre la sartén por el mango y domina todas las situaciones –intervino el docto Juan José Sánchez. –¡Somos la nada sin las lectoras y lectores! –sostenía a diario Jorge. Se marcharon Jorge y Tony. Sabían de una reunión secreta de alcaldes unidos por la estrategia de reivindicar proyectos a todas las administraciones. Lo sabían también los periodistas Manuel Pamies y Eduardo López. Eduardo de Gea entretuvo la espera contando la leyenda de La Encantá de Rojales. Acudió Moya El Califa de la Vega, Hernández Mateo y Eduardo Dolón, Medina, Manuel Aldeguer y Marylene, Alonso y Antonio Ángel, García Meseguer y Rufete, García Gerardo, Rocamora, Carmelo Rives y Javier Pérez. ¿Ocurrió en verdad el pacto tácito o todo es aquí una grata invención literaria? (…) (páginas 114-115)

Plagas de mosquitos, ‘La Bella Lola’ y periodistas. “(…) –Hay cocido con pelotas pero ni uno serví –denunció ante los periodistas y reporteras– por culpa del perfume del río. ¡Cerraré! ¡Veremos quién atiende a los turistas! Yo me voy a Torrevieja a pasear y a descansar junto al mar. Saludaré a La Bella Lola en la Cala del Moro. Dicen que su amado marino regresa mañana en La Gaviota. ¡Ah, Ricardo Lafuente dirige esta noche habaneras en la playa del Cura! Y Paco Grau, el director de Bigastro ¡Quedaos con la peste del río! –Mi carnicería es famosa –dijo escueto el Pavero a Pablo Riquelme y Claudia, de Radio Orihuela– pero deben sanear el cauce. (…) Tan grave también para la salud pública o hasta incluso peor que el río Segura contaminado, por primavera otra guerra mantenía en vilo al vecindario. Las batallas se repetían, a modo de castigo bíblico en el Antiguo Egipto, al estallar la plaga de mosquitos. Decenas de viviendas a orillas del río en Orihuela han sido convertidas en refugios antiaéreos. –Escuadrones lanzan andanadas todo el día –alertó Manolo y sus gafitas, mirando a Zerón, de Tele Orihuela, y a Pedro J. Llorach de Onda Cero. –Deben fumigar más –reclamó Monse, con un delantal en ristre. (…) (páginas. 142-143)

Muñoz Grau y Alfonso Ortuño, Pro-Río y Segura Limpio. “(…) En las bocanas de las acequias, hallaron al profesor Muñoz Grau El de la Pajarita, luciendo una de color verde al cuello, con Nuria y María, de Pro-Río. Tomaba muestras del agua y aseguró: “¡Denunciaremos hoy a la Confederación! Vecinos de Rojales, de Segura Limpio, me esperan en el Juzgado para que les lleve esta muestra. Nos respaldan más de 10.000 manifestantes en Orihuela y en Murcia…” Sentado en la otra orilla del Segura, Alfonso Ortuño dibujaba el croquis para una viñeta. Y ahí el periodista confirmó la primicia acerca de las golondrinas: la superficie del río, sobre el papel del dibujante, se asemejaba al escenario de una batalla sin cuartel. ¡Algunos mosquitos parecían águilas! Pensativo, Jorge caviló cómo lograr en sí mismo tal transformación. (…) (pág. 144)

Luis del Olmo, el más madrugador de la radio. “(…) –Se lo contaremos al alcalde. ¡Nos apoyará! –¡Ajá, seguro que lo solucionamos así! Le gusta la naturaleza y el sol. –¡Faltaría más; lo lleva en el apellido! –puso la guinda el más gracioso. –¡Vayamos a los periódicos, a la radio y a la tele! Llamemos mañana a Luis del Olmo, el locutor de Ponferrada, el más madrugador de la radio. –¡Qué se entere todo el mundo! La unión es la fuerza. (…) (pág. 161)

Matías Prats, pateras y muerte en el Mediterráneo. “(…) Como zombis que ni devuelven la mirada en el autobuses o el metro, sordos y ciegos, dieron por respuesta el silencio del pavor y la falta de respeto a los inmigrantes. Jamás entendieron la canción We Are The World (‘Somos el mundo’), de Jackson. Minutos después, Jorge oyó interferencias en la emisión de noticias que ofrecía Matías Prats por la radio, situada sobre un armario en el trabajo. Nadie se movió para sintonizarla. Jorge se acercó al aparato, sintonizó la emisora y subió el volumen. Había encallado una patera argelina en la costa torrevejense. Trece hombres, una embarazada y dos niños de cuatro años. ¡Ahogados! Diecisiete estómagos que buscaban comida. (…) (pág. 46)

Santiago Gambín, emblema de Radio Elche. “(…) Verano de 1976. Miles de aficionados vitoreaban a los suyos en el mítico Altabix. Con el número siete, alas en su espalda, Jorge dirigía el juego con Xavi Hernández. Sintió tardes de gloria. Goles, alegrías de hombres y mujeres por el juego espléndido que adoraban. Juan Cartagena, Campello y Escarabajal debutaron ese día en el Elche. El pichichi Vavá, con hambre de gol esa tarde, le pidió el balón: –¡Che! Pasa el balón, Jorge. –¡Ahí va! ¡Toma! –Con el pie derecho hizo volar el esférico con efecto. –¡Salto de Vavá! ¡Cabezazooooooo! ¡Gooooooooooooooooooool! –cantó Santiago Gambín, el locutor de Radio Elche. (…) (pág. 63)

Teresa Cobo y Julián Íñigo, rigor periodístico, oficio y amistad. “(…) Entramos al jardín de Estrella y nos reagrupamos. La anfitriona tenía acogida esos días del verano a una niña saharaui en su hogar. Cenamos bocadillos, de tomate con aceite, jamón de bellota y queso Idiazabal, preparados por Teresa y Julián, una pareja de periodistas vascos de vacaciones allí. Jorge comió antes una manzana. ¡El postre, muy dulce! Mus de plátano con cerezas del Valle del Jerte. El oriolano Ata recitó uno de sus ocurrentes poema. Nos hizo reír pero a la vez pensar. Así es su saber y pedagogía. Contemplamos juntos el firmamento y me despedí, con un beso al aire, hasta el siguiente paseo. (…) (pág. 198)

(Ver las sección de Periodismo en el Índice anexo al final de la novela)

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