Messi y Ronaldo, Gasol, Jordan y Globetrotters

Vencido Jorge por el cansancio se le cerraban los ojos en la carretera. Cerca de Albacete, paró en una gasolinera. Al lado, unos niños jugaban al fútbol. Todos pedían el balón a Andrés (también le llamaban Iniesta). Era el niño más habilidoso. Prosiguió unos kilómetros en el coche, hasta que estacionó entre molinos. Descansó diez minutos, en medio de La Mancha. ¡Fabuloso reino de ensoñación! Cual hidalgo caballero, Quijote que concibe a la amada ideal, Jorge amaba a dos Dulcineas, como tú y yo buscamos nuestra media naranja, alma gemela. Y dio gracias a Batu y a su hija Itziar por convertirlo en padre.” (…) (páginas 102-103)

Los tenistas Nadal y McEnroe…“ (…) Las mentiras, pompas de jabón, llenas de aire desaparecen en el aire. –Se la di a mi tía –escondió la mentira, Maya, en mil recovecos. Jorge le aclaró, sin obligación de hacerlo: –Quiero dársela a mi hija mayor. Jorge sintió que jugaba un partido contra los tenistas Nadal y McEnroe a la vez. Porque Maya le devolvía las preguntas como si fuesen pelotas de tenis: –¡Yo qué sé qué hizo mi tía con la alianza! ¡Yo qué sé, Jorge! Tal vez la llevó a una joyería. ¿Lo recuerdas tú? Le resultaba imposible a Maya esconder por más tiempo la verdad detrás de sus excusas vanas y mentiras sin sentido. Viéndola derrota, exhausta en el fondo de la pista, Jorge le lanzó un revés cruzado, liftado e imparable. Pero por si acaso llegaba la endemoniada a la pelota, él subió a la red donde tuvo que golpearla de volea para ganar el tanto y el partido. –¿Cómo? ¿A una joyería para qué? –¡La ha vendido! –¡Dime la verdad! –creyó que le daba vergüenza confesar que la perdió.(…) (páginas 225-226)

Emilio Butragueño y futbolistas… “(…) Esa tarde, con Marcial como técnico, la selección de salesianos San Rafael ganó al colegio San Antón de Madrid. Emilio ‘El Buitre’, goleador madrileño, por una lesión se perdió el partido. Tras la victoria, descalzándose las zapatillas, la imaginación situó a Jorge en un campo lleno hasta la bandera. Verano de 1976. Miles de aficionados vitoreaban a los suyos en el mítico Altabix. Con el número siete, alas en su espalda, Jorge dirigía el juego con Xavi Hernández. Sintió tardes de gloria. (…)” (página 63). “(…) –¡Goooooool! ¡A Primera División, a Primera…! Y lo que pasa tantas veces. Que otro camino, distinto al que siguió Pelé en el fútbol, se abrió a Jorge para perfeccionar el arte de hermanarse en equipo. Rogó ser magnífico futbolista como Di Stéfano o Kubala, Eusebio y Bobby Charlton, o como Cruyff, Maradona, Francéscoli, Pirlo, Zidane y Butragueño… O ser atrevido como Cazorla, Navas, Ander Herrera, Cesc, Diego Costa, Silva y Juan Mata. ¡Siete magníficos en la Premier League! Y el portero De Gea. Pero en cambio le enviaron ocasiones para comunicar su amor a la vida y contagiarlo a millones de corazones. El micrófono de una emisora y un periódico durante años, y ahora el lápiz invisible del ordenador, son la voz de su alma. ¿Quién regala la inspiración? Nada hay que comprender. Ni preguntes. Sólo lee, avanza... La mano de Jorge avanza sobre el papel, cual mandato en la eternidad. Y su brazo se apoya en paz, tranquilo y firme sobre la mesa, como en una vida que renace una y otra vez, frase a frase, verbo a verbo, pregunta tras pregunta. ¿Qué alma late en el pecho de Jorge? ¿Creéis en la eternidad del alma? ¿Creéis en el amor universal e infinito? Jorge comprendió quién regala la imaginación. Y sintió, por fin, que en este nuevo despertar era quien siempre fue.(…)(página 64)

“(…) En el verdor de las campas que coronan Bilbao, Seve Ballesteros, chaqueta verde, junto a Olazábal, exhibía con un palo de golf su magistral swing en el green. Desde lo alto, Jorge descubrió la antigua urbe industrial, vieja, ahora saneada y de paseos abrazados a la ría. Peces y patos saltaban en el agua. ¡Han cambiado la ciudad! ¡Qué belleza! ¡Visítadla! La policromía del paisaje urbano, de ciclámenes y pensamientos en los jardines, nada se asemejaba al vertedero de embarcaciones muertas, cascos de metal carcomidos por el óxido y la desidia, que Jorge había visto allí, hacía tres décadas, en la ría contaminada. Pero defendida siempre por Greenpeace. (…) (página 318)

Pau Gasol, Michael Jordan, Globetrotters, Looney Tunes… “(…) Sentados ya los alumnos en los pupitres, respiraron tranquilidad. Jorge descorrió sin prisas la cremallera de su cartera. Sacó los libros. Luego, se incorporó y alzó una mano que abrió el ventanal de su izquierda. Miró al patio. Un grupo de alumnos practicaba jugadas de estrategia en la cancha de baloncesto. Jorge se imaginó ver allí a Michael Jordan y al técnico Dean Smith enseñando trucos a Pau Gasol. Años después, el ala-pívot barcelonés, de espectaculares tapones y mates, saltó el Atlántico para triunfar en la NBA (Basketball). Y abrió así el camino a su hermano Marc, a Calderón y Ricky, Ibaka… Pau con los Harlem Globetrotters, igual que los voluntarios y voluntarias de Unicef y de Médicos Sin Fronteras, prosigue hoy de gira benéfica con su amigo Jordan y los Looney Tunes por una galaxia nueva, Solidaridad.(…) (página 52)

Aparecen asimismo relatos breves, dentro de la trama novelada, donde aparecen numerosos deportistas y menciones sobre futbolistas como Messi, Ronaldo, Di Stéfano, Maradona y Cruyff entre otros, los tenistas Nadal y McEnroe jugando en pareja contra Jorge, en golf Seve Ballesteros y Olazabal... o Nico Terol y Ángel Nieto campeones del Mundo de motociclismo... las gimanastas olímpicas y medallistas Carolina Pascual e Isabel Pagán, oriolanas... El ciclista Indurain entrenándose de niño con el mítico Bernardo Ruiz por la huerta del Segura…

Joe DiMaggio honrado en la novela“(…) El entonces jovencito Jorge entró con sus amiguitos en la calle Ancha, junto a la plaza polvorienta convertida en el desierto de un escenario de película de John Ford. La comba daba vueltas en el aire sin freno, como la vida. Un grupo de niñas la saltaba con gracia y habilidad. Joe DiMaggio enseñaba allí a batear a dos niños y una niña. De repente, la abuela Luz miró al nieto Jorge. Plantada en la puerta de su entrañable casa, sonrió al pequeño. Atraído por el imán de dos ojos maduros y limpios, acudió a ella. (…) (Página 246)

Johan Cruyff en Orihuela (España). “(…) –¡Jorge, buen día, buen día…! –Contoneó las hombreras y la pamela ridícula del color de la calabaza. Y movía la boca cual autómata, la abría y la cerraba después de hablar, como el Papamoscas de la Catedral de Burgos. –¡Feliz domingo, señora marquesa! ¡Adiós! –Aceleró el paso para escapar. Los Ezcurra, padre e hijo, le lanzaron saludos desde el puente. Perseguido Jorge por el eco del perfume inquietante de Gertrudis y su reclamo insistente, nuestro amigo se hizo el sordo en un regate a lo Cruyff, futbolista holandés. Con la elegancia del genio del balompié, Jorge hizo el giro y dio la vuelta a la esquina del Sabi, como a ritmo de fuga hacia la portería para marcar gol. Y así escapó por los jardines que le calmaban la fatiga de tantas noticias y personajillos fatuos. (…) (Página 120)

Messi, Ronaldo y Casillas, Maradona y Di Stéfano, Real Madrid y FCBarcelona. “(…) –¡Me habló también de un dragón que vivía en el río Segura! Contagiado ya Antoñito por la idea del respeto a la naturaleza, inmerso de lleno en el cuento que Jorge había inventado para él, le creció el interés: –¡Un dragón! ¿Dónde está ese dragón, Jorge? –¡El dragón del Segura voló! Huyó de la contaminación. –Elevó la mano. El conjuro de Jorge había surtido efectos justo con el profesor de Física entrando por la puerta del aula. –¡Chavales, vaya golazo que Messi marcó ayer! –Sonrió con sorna a los hinchas de Ronaldo y el portero Casillas¬–. Sabéis que las redes de la portería del Camp Nou las fabrica una empresa callosina en la carretera de Catral. –Este profe es un fanático del futbolista argentino, como antes lo fue también de Maradona, porque es socio del FC Barcelona. Pero yo admiro más a Gento, Amancio y Di Stéfano del Real Madrid. ¿Y el dragón? ¡Dime, Jorge! –¡Ya te lo contaré! –Jorge silenció deprisa la voz, al oír aproximarse la cojera del risueño y respetado profesor. Y a ti también te referirá el caso y la leyenda del legendario dragón del río Segura. Pero lo hará más adelante. Entretanto, disfruta de las aventuras de Jorge. (…) (Página 54)

Jim Brown, Lombardi y Wayne Carey del footbal americano. “(…) Desde La Glorieta, dos muchachos cargando su mochila a la espalda y el tercero cartera en su mano, se dieron al trote los tres. El conductor había calculado con maestría los tiempos y distancias, cual veloz extremo en el fútbol que había sido en su juventud, o como Jim Brown, Lombardi y Wayne Carey del footbal americano. Pues resultó cierto que en cuatro pasos, a lo sumo diez minutos, los amigos se plantaron en la puerta de sus casas, antes de que el autobús que venía de Callosa diese señales de vida en su pueblo. Jorge había ahorrado el dinero del billete. Y así podría jugar una hora más al ping-pong, entre sus deportes favoritos, en el regreso al instituto para las clases de la tarde. (…) (Página 70)

Cassius Clay Muhammad Ali homenajeado por su defensa de la libertad.“(…) Como gato escaldado, si es verdad que siete vidas tienen, Daniel huía incluso del agua fría. Alérgico al compromiso con la mujer, salía a la calle con paraguas aunque amaneciera soleado. Nada quería de ellas, salvo en la cama. Y exhibía con las féminas el veloz juego de piernas de Cassius Clay al esquivar golpes en un combate de boxeo. –A quien decide venir a mi piso, le advierto de que voy de aquí para allá; siempre libre –se blindó el casero ante el compañero inquilino, en la primera cena que compartieron cara a cara en la mesa de la cocina. (…) (Página 231

(Ver la sección Deportes en el Índice anexo al final de la novela)

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